El surgimiento de un nuevo periodismo no solo debe venir de la mano del cambio tecnológico y la democratización de los soportes, sino también de la incorporación de nuevos relatos de los hechos noticiosos, de dar relevancia a quienes protagonizan o levantan voces en disidencia, construyendo ecosistemas diversos y alternativos.
El sexismo en la comunicación es una representación más de la desigualdad que impera sobre mujeres, lesbianas, gays, travestis, trans y personas no binaries. Es de doble vía: nos afecta e invisibiliza como protagonistas sociales de las noticias –muchas veces solo presentadas como víctimas– y como periodistas feministas –mayormente subestimadas, acosadas laboralmente, con pagos inferiores a las de los varones en puestos similares y con visibles techos de cristal al momento de difundir nuestros trabajos y perspectivas.
La idea de este Manual es dejar constancia de que nos animamos a ocupar una agenda dentro de una genealogía que por momentos parece grande pero que, por otros, nos regala la posibilidad de contar, con ojos mojados, las luchas por la liberación de todas y todes.
Porque al multiplicar nuestras experiencias, es nuestra visión del mundo la que se amplía. La de las luchadoras que no descansarán hasta que todas seamos libres.
Porque a la par de que relatamos nuestras historias de vida y nos visibilizamos protagonistas, es también el periodismo el que se tensiona y modifica.
Porque al extender nuestras estrategias colectivas y poner a circular nuestras herramientas, somos más las que elegimos dar una disputa constante por lo simbólico, por las palabras, contra la sujeción del heteropatriarcado capitalista en el periodismo.
Porque, en definitiva, somos lo que hacemos: periodismo popular feminista.
Camila Parodi, Laura Salomé Canteros, Nadia Fink y Julieta LP